“… el Panopticon no debe ser entendido como el edificio de los sueños, sino como el diagrama de un mecanismo de poder reducido a su forma ideal”. Michel Foucault.

El panoptismo, entendido como estrategia de vigilancia, poder y control, encontró su formalización material en el Panóptico, una configuración espacial ideada por el filósofo Jeremy Bentham, estableciendo una especie de omnisciencia invisible sobre la población diana, para convertirse en el tipo más extendido dentro de las arquitecturas del control. Este tipo de configuraciones transgreden la concepción tradicional cartesiana del espacio. La estructura radial -con un centro desplazado por cuestiones programáticas (tamaño de las aulas en función de la edad de sus pequeños habitantes)- ofrece la posibilidad de transformar esa omnisciencia invisible en inconsciencia. Un planteamiento ya de por sí ensimismado, ideal para un no lugar como aquél. Además de este control, su necesario desarrollo en planta baja para lactantes, gateantes y andantes, le confiere un marcado contraste frente a los bloques de 10 alturas que se sitúan a sus espaldas.

A la coherencia de un edificio desarrollado -lógicamente- en un único nivel, se le añade la posibilidad de que los pequeños usuarios puedan campar a sus anchas, desconocedores de ese control, incluso desde conserjería. La posición relativa del centro abre el verdadero centro geométrico de la pieza a los espacios comunes interior y exterior (patio). Finalmente, la condición estructural cierra el aspecto formal de un concepto que ya de por sí resulta extremadamente potente y que, además, le permite seguir creciendo en ese sentido radial hasta alcanzar nueve aulas.